miércoles, 30 de septiembre de 2009

Todos perdieron

Los resultados de las consultas internas de los partidos el pasado domingo fueron la verdadera hecatombe para la oposición. No haber obtenido siquiera dos millones de votos entre todos los candidatos del Polo y del Liberalismo, constituye una derrota estruendosa, y una señal muy clara de lo que puede pasar en el futuro en cuanto a campañas políticas para la presidencia.

Tanto el liberalismo como el Polo Democrático redujeron su votación a la mitad en relación con las consultas de 2006, un piso electoral muy débil para enfrentar al uribismo en cualquiera de sus vertientes. Todo indica que el espacio político está copado por el discurso del presidente Uribe, y no hay margen de maniobra ni entre sus propios aliados políticos. Todos los escándalos que hubieron podido minar la popularidad del gobierno fueron procesados por la opinión pública como conjuras de la oposición: un triunfo mediático y político del gobierno en todo el sentido de la palabra.

Ahora bien, hubo una enorme abstención que se explica por varios factores. No existe cultura política para las consultas internas de partidos. En general la gente no entiende o no tiene interés en ello, y faltó mucha pedagogía de parte de los propios partidos y de la organización electoral. Las anteriores consultas estuvieron atadas a votaciones para Congreso y los resultados de entonces fueron jalonados por esa coyuntura, entre otras cosas porque las maquinarias regionales no le caminan a estas consultas donde lo que tiende a predominar es el voto de opinión.

Por otra parte, el partido liberal y el sector del Polo que representa Carlos Gaviria se equivocaron estratégicamente al presentar su consulta como una especie de plebiscito contra la reelección. La señal es muy clara: las mayorías están contentas con el gobierno de Uribe, y no tiene sentido un cambio a estas alturas, entre otras razones porque entre los candidatos radicalizados contra el gobierno no hay una alternativa creíble. Petro, quien apostó por un discurso más moderado y de conciliación, obtuvo un triunfo que le da margen de negociación con otras fuerzas políticas, en lo que él ha llamado un gran acuerdo democrático para derrotar a Uribe.

En la columna pasada, producto de una mala información de la organización electoral incurrí en un lapsus al incluir al partido Conservador en las consultas de este 27 de septiembre. Lo cierto es que los hermanos godos sólo realizaron consultas en tres departamentos, y para elegir representantes a la Cámara. Las presidenciales se harán el 14 de Marzo junto con las de Congreso. Los conservadores hicieron bien en no dejarse contar en una fecha tan lejana de las elecciones presidenciales y ante la incertidumbre del referendo reeleccionista.

Pardo ganó en el Liberalismo, pero con la mitad de votos que en el 2006 y su candidatura no es viable. En el escenario de una consulta inter partidista, Vargas Lleras tiene ventaja, algo a lo que le ha apostado Cesar Gaviria una y otra vez. Quienes no se dejaron contar, Fajardo y los trillizos piensan que pueden ir solos en primera vuelta. Están equivocados. Con cara gana el Presidente y con sello pierden ellos. Si Uribe decide lanzarse, gana en primera vuelta con o sin acuerdos en la oposición.

El único escenario posible de un triunfo de la oposición es que Uribe no se lance, y que se elabore un discurso creíble de preservación de lo esencial de la seguridad democrática que incluya un no rotundo a diálogo con las Farc y posiciones claras de rechazo a las agresiones de Chávez. De ahí no se baja nadie, y con un país uribizado hasta la médula, no hay margen para propuestas diferentes.

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